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lunes, 24 de septiembre de 2012

2. Razón o fe: el dinero.‏



"Capital nuestro, que estás en la tierra, santificado sea tu poder, vengan a nosotros tus divisas, hágase tu voluntad en la cartera como en la empresa.
Danos hoy nuestra felicidad de cada día, perdona nuestra falta de cantidad, como también nosotros perdonamos a los que no tienen, no nos dejes caer en la pobreza, y líbranos de los malos pagadores.
Amén”
Espero que no lleguemos a glorificarlo de esa manera tan brutal, aunque creo que no falta mucho para terminar acurrucados en el lateral de la cama reclamando su compañía. Este bien capitalista ha generado más daño a lo largo de la historia que cualquier mal existente y aún así, seguimos adorándolo. Pero qué podemos hacer nosotros si es este "bien" por el que muchos han llegado hasta matar está implantado en nuestra forma de vida.

Hoy en día es inconcebible el vivir sin dinero ya que éste ha sido introducido en nuestras vidas desde pequeños, ya por entonces le rogábamos a nuestros padres para que nos prestaran unas cuantas monedas para aquel bien tan apreciado por un niño, las chucherías.

Nos da tanto poder y categoría que muchos por poseer su compañía no necesitan ninguna otra cosa para prosperar: "inteligencia, esfuerzo o suerte". Algunos ya nacen con un cheque bajo el brazo mientras que otros tienen que trabajar y acudir a la fortuna para poder sobrevivir, pero incluso así, no todos consiguen lo que desean.
Dicen que lo compra todo, "salud y amor" son algunas de sus víctimas. Pero yo no quiero creer que eso sea verdad, me resisto a confiar aunque sea una utopía. No sabemos si el futuro seguirá siendo tan materialista como el presente; en el que tanto tienes tantos vales. Pienso que hay muchos otros valores que valen más que todo el oro del mundo: dignidad, libertad y buena compañía, seguro que vosotros conocéis muchos más, pero os dejo elegir los que más os gusten. Lo que está claro es que la tierra lleva aquí cuatro mil seiscientos millones de años... por lo menos eso dicen los entendidos, y este "bien" tan sólo unos cientos. Los seres vivos se han conformado desde siempre con sobrevivir y dejar descendencia, mientras que nuestra especie pide, pide y pide a cambio de nada.

El personaje de Sombra, Catuc, no quería depender de eso, esclavizarse con el dinero, él sabía que no se necesitaba mucho para ser dichoso, que la naturaleza conseguía prosperar sin este material humano. Por eso no tuvo miedo en ningún momento a la pobreza, se lanzó a una aventura en la que lo único que le mantenía vivo era su propia fuerza de convicción. Creer es poder, y él creía en sus ideales.

Un abrazo.

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