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martes, 5 de febrero de 2013

GUERRA CONTRA LA VERDAD

      El otro día creé un evento en el facebook, "por una España libre". Sabía lo que iba a ocurrir, que la gente lo leería a y fuera. Pero aún así no podía resistirme a hacerlo, expresar mis sentimientos liberando desde mi interior esa parte de reivindicador que me queda. No ponía nada que todos no supiésemos, todos, pero necesitaba saber si aquel llamamiento se quedaría en un intento fracasado o, no sé, tal vez habría servido para algo. Os podéis imaginar lo que pasó... Tal vez debería estar decepcionado por lo poco fructuosa que había sido mi "campaña" pero en el fondo me sentí mejor al hacerlo ya que por lo menos compartí con todos vosotros mis ideas respecto a lo que estamos viviendo en la actualidad.

      Una tarde estuve hablando con unas ex-compañeras de trabajo sobre lo que nos está ocurriendo a todos los españoles, y de entre muchas cosas habladas, me quedo con una idea que surgió en aquella animada discusión. Los españoles necesitan una persona diferente, alguien que como un mesías, "Jesucristo" los guíe por el camino de la razón y no de las mentiras camufladas tras un halo de intereses personales, alguien que tenga como objetivo al pueblo y no el poder, la codicia y demás males que nos acechan desde siempre. Parece una gran utopía, pero no tiene porque ser así. El problema de las democracias capitalistas es que los políticos que llevan gran parte de su vida en esos estamentos acaban de una manera u otra corrompidos, terminan por expulsar en sus discursos nada más que demagogia y al final lo único que consiguen es a un pueblo cansado, empobrecido y falto de fe. Por eso he llegado a una conclusión; si el problema de un país es la falta de transparencia y sinceridad, por qué no cambiar eso, terminar de una vez por todas con este sistema obsoleto.

      Hoy en día hay medios nuevos que aunque todavía no se han acoplado a toda la sociedad. Una gran parte del pueblo puede disfrutar de su uso, Internet nos ha abierto una ventana al mundo, con un buen uso se puede decir que puede llegar a ser hasta transparente, claro y fácil de usar. Es un medio que puede facilitarnos la vida y cada vez está más extendido entre la sociedad, ya casi no se usan otros medios de comunicación y de seguir así el correo ordinario va a pasar a la historia como lo hizo en el pasado el telégrafo. Pero es difícil cambiar un sistema casi por completo y más cuando los que tienen que hacerlo son los primeros que se negarían por ser ellos los que tendrían que ser evacuados. Pero hay que hacerlo, nos toca a nosotros buscar nuevas fórmulas en este mundo cambiante para poder no sólo sobrevivir, sino vivir.


      Para empezar hay que agilizar los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, ya que están corrompidos por los políticos, además necesitan actualizarse a este nuevo siglo. Tenemos Internet  un medio de comunicación que puede llegar a cada uno de nosotros y cada vez más seguro. Creo que el pueblo a través de Internet dispone de la herramienta más efectiva, rápida. ¿Cómo? Un cambio de esa magnitud necesita una reestructuración radical. Mas lo que sí está claro es que tiene que ser el pueblo el que a través de su voto dictamine las leyes y no debe ser controlado por ningún grupo en especial, sino como digo por todos, somos nosotros los que tenemos que formular propuestas y no ningún partido. Creo que lo importante ahora no es poner al mando del barco a otro capitán sino cambiar el sistema democrático capitalista y demagógico que hay instaurado en la actualidad, mientras no se busquen métodos que lo hagan será imposible mejorar la situación que nos tortura asfixiándonos poco a poco. Imaginaros un gobierno en el que todos formemos parte, dirigido por personas que a través de Internet nos pongan al día y nos faciliten el poder tomar partido en las leyes y artículos obsoletos de la constitución, podamos cambiarlos con nuestra mayoría y que sea la sociedad la que actualice el país no políticos externos e internos que lo único que están haciendo es probándonos para saber cuál es nuestro aguante. La solución no es un país gobernado por unos pocos sino gobernado por todos los ciudadanos, en el que puedas opinar, conocer dónde va a parar el dinero de los impuestos, que reformas hay para el futuro y cuándo se van a llevar a cabo.


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