Translate

viernes, 6 de junio de 2014

El odio nos terminará matando

Intento entender el mundo en el que vivo, cosa que ni los propios eruditos entienden realmente. Siempre intentamos dar un sentido a esta vida, pero cada vez se desvanece un poco más el verdadero objetivo de estar aquí; formar una familia, encontrar un buen empleo, una estabilidad social... Nos resignamos cuando ocurren cosas a nuestro alrededor que no "entendemos" y a las que intentamos dar un sentido para poder seguir creyendo en un mañana cada vez más opaco. Pero todos estamos obligados a seguir hacia adelante queramos o no. Cuando algo no nos gusta lo rechazamos y al final terminamos detestándolo, observar las diferencias que cada vez nos separan más y con alevosía de algunos individuos de nuestra misma especie, nos provoca estrés, rabia y como resultado odiamos todo en general, achacando que lo malo es normal y no se puede cambiar porque es el destino de nuestra existencia. Incluso podemos llegar hacer daño a los que más queremos en esta vida sin darnos cuenta y a nosotros mismos porque el odio lo sufre más el que lo procesa que a quien va dirigido.
Hace un tiempo quise eliminar mi dolor al estilo socrático, estaba acongojado, emulé al único personaje histórico que admiro. Tal vez lo he idolatrado sin apenas conocer nada de él, todo lo que hay escrito sobre su persona procede de fuentes externas, eso me ha dado la posibilidad de creer a mi manera cómo era realmente su vida. Quería aplacar el dolor y la impotencia que sentía en ese momento. Me sentía vacío, convencido de que esa era la única salida a mi dolor. El problema está en el odio que sufro hacia mi persona y hacia el mundo que hemos creado, no odio ser menos de lo que soy, sino de ser lo que soy en conjunto. De formar parte de una sociedad manchada de sangre y alimentada con el sudor y sufrimiento de nuestros semejantes más un intelecto limitado que no me deja avanzar. Intenté buscar el camino más difícil que hay para una criatura que supuestamente está estable psíquicamente y más para un no creyente al que todavía se le hace más duro el desaparecer al no creer en otra vida maravillosa esperándole después de ésta. Pero el destino, una mala preparación o tal vez el miedo, me hicieron errar en mi propósito. Después de aquello renací diferente, tal vez más fuerte o tal vez más asustado, débil y desorientado si cabe. Todo según como se mire. Me intenté mentalizar de que con poco que haga, aunque sea escribir estos textos, ayudaría a personas a preguntarse lo mismo que yo, qué pueden hacer por este mundo que les ha acogido libres a pesar de la esclavitud real en la que viven. Después de aquel día he seguido escribiendo pero todavía intento entender más allá de lo que entiendo en este momento.
Ahora tengo miedo de pasar por lo mismo que pasé aquel día (desesperación autodestructiva) y me agarro a otra fuerza reciente y que nos da esperanza como es la tecnología. Sueño en que algún día dejaré de ser un ser humano más con sus limitaciones y fallos para pasar a ser una máquina mecánica capaz de ayudar a todo el que se lo merezca, que pueda crear buenos juicios y que reparta justicia con equidad. Confió en que la ciencia nos dará la oportunidad de vivir para siempre y de que dejaremos por fin de  seducirnos con la idea divina y resignada de la resurrección para dejar paso a una vida más racional, organizada. Pasar de necesitar cosas banales, superficiales para vivir, a más "espirituales", razonamientos que nos centren como dioses a mejorar y compartir lo que nos rodea y no a destruir lo poco que queda, donde sólo se guerree contra el mal del mundo. Entonces, por fin podremos decir que hemos evolucionado y podremos dar el verdadero paso al infinito universo como jueces que organicen la vida externa de otros mundos, con cuerpos despojados de lo limitado de la biología. Pero el problema que me surge hasta que ese hipotético día llegue es la incapacidad de agarrarme a este mundo de una manera optimista, alegre. Me dejo, sin poder remediarlo, llevar por el odio a todo lo establecido hasta ahora, inquietándome la idea de que tal vez lo antes expuesto no pase y termine desapareciendo (como lo acaba de hacer mi padre) de este mundo. Siento odio al sentir impotencia, al ver que no puedo hacer nada útil para ayudar en el sistema a pesar de ver que las cosas se hacen mal, mas no tengo las capacidades psíquicas suficientes para combatir, soy un fallo mal adaptado a este entorno. Sentirme un verdugo más de los que hay, una criatura incapaz de poder solucionar nada, me duele, tengo la sensación de que voy arrastrado por la corriente sin saber cuándo podré aferrarme a algo que me saque de mi dolor y me dé esperanzas para levantarme y creer.

Tenemos tanta información a nuestro alrededor, podemos saber algo sin la necesidad de almacenarlo en nuestro inconsciente. En estos tiempos ya no es tan necesario aprender sin parar cosas nuevas, sino saber buscar la buena información y a adquirir la habilidad de clasificar ideas para mejorarlas, ¡todo se transforma tan rápido! Cuando paso por algunos lugares en los que había estado de niño y que todavía el ser humano no ha transformado, veo que todo sigue igual, apenas nada ha cambiado, pero este mundo "civilizado" no tiene que ver nada con el de hace 20 años.

Algún día se cumplirá mi sueño y tal vez pueda tener a mi disposición un sinfín de conocimientos que me hagan crecer como ser racional, comunicarme con otras personas desde dentro de mí… todo aquello que la tecnología nos está proporcionando en la actualidad aumentado exponencialmente. Puede ser que tenga la mala suerte de no existir cuando eso se pueda llevar a cabo. Pero el odio no me dará más años de vida sino todo lo contrario.


"Sólo soñar nos mantiene con los pies en la tierra" Soñemos sin miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario