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lunes, 23 de diciembre de 2013

La realidad duele‏

El tiempo nos hace cambiar nuestra forma de ver la vida, los años dotan nuestra persona de conocimiento, experiencias que nos hacen más fuertes y luchadores. Pero no siempre es así, en ocasiones te debilitan y te hacen sentir vulnerable y perdido. Así es el ser humano, una criatura dominada por los estímulos y los sentimientos.
Cuando tenemos dinero nos creemos colmados de felicidad y muchos con este bien material diría yo que se ven sin carencias, pero mucha gente no se quiere dar cuenta que sin dinero hay muchas personas felices, pero sin salud y sin amor hay muy pocos dichosos.
Este artículo se lo dedico a mi padre, un hombre bueno, generoso, luchador, bondadoso y creyente del bien. Un hombre que siempre ha luchado por su familia y que a pesar de haber pasado momentos muy difíciles en la vida alejado de todos sus seres queridos, gracias a su fe y el amor depositado en sus hijos ha conseguido salir hacia adelante reforzado y airoso. Como todo ser humano ha cometido errores, tal vez por desconocimiento o prejuicios (hace unos años todo era diferente, no había la "libertad" que hay ahora, la información que se tiene en este siglo es un bien deseado desde los comienzos de la humanidad), pero no ha huido nunca siempre ha dado la cara he intentado resolver todos esos problemas con una astucia e ingenio sin igual. No hay mucha gente en este mundo que se aleje cientos de kilómetros de su familia, acompañado de una mujer enferma psíquicamente y con cuatro niños a su cargo para salir airoso de tal osadía, de no dejar a un lado toda esa carga y salga huyendo para empezar una nueva vida. Por eso padre te digo que te respeto y que admiro tu fuerza, que a pesar de estar enfermo con un cáncer y ser muy joven todavía tienes tiempo para dar a los demás guerra [risas] y como digo siempre, no cargas a los que te rodean con tus problemas porque siempre intentas dar más de ti, por muchos fallos y frases afrentosas que nos digas, a pesar de todo... te queremos toda la familia porque eres de esos que marcan diferencia, un carroza del siglo pasado pero un buen padre del siglo XXI.
Padre, no sé si existe Dios, pero seguro que si es así te has ganado el cielo, espero dedicarte algún día un libro al igual que hice tiempo atrás con otro magnánimo hombre, mi abuelo, tu gran padre, los dos hombres sois generosos y cada uno a su manera aportó y aporta felicidad a los que les rodean.
Por eso en este breve artículo quiero hablar de una reflexión que he tenido sobre un tema al que creo que muchos no damos la importancia que merece. El amor al prójimo, el rechazo total del egoísmo, si tienes la suerte de ser listo de no aprovecharte del que es menos afortunado sino intentar que los que te rodean se aprovechen de eso para seguir prosperando en esta tortuosa vida. Porque incluso al hombre más deportista, sano y tranquilo que conozco le puede llegar el infortunio en forma de enfermedad. ¿Por qué somos tan estúpidas las personas? ¿Por qué vivimos con rencor y odio, con prejuicios y rechazo? Se ha hablado tanto de esto que no quiero hacer otro estúpido monólogo del tema. Sólo quiero desearte felicidad en la vida que te dé el destino y espero que tengas en tu camino muchos años y fuerza.
He llegado a una conclusión en estos pocos años de consciencia si los comparamos con todos los que llevas tú transmitiendo sabiduría. A estas alturas me he dado cuenta de que no vamos a cambiar a la gente en su manera de pensar al igual que pasa en la religión, política y en otros muchos asuntos. El ser humano o Sapiens es así, de ideas preconcebidas, heredadas por el tiempo y su entorno, no todo el mundo se plantea las cosas e intenta resolver los enigmas de esta efímera vida, muchos eligen el camino fácil, el de la fe incondicional de una idea, norma, etc. Por eso he bajado los brazos y me he venido muchas veces abajo al ver que no sé ni puedo dialogar con la razón y son pocos los que me disuaden de lo que creo. Pienso que "el ser humano es como un gran río, necesita tiempo para desviar el cauce de su rumbo tendiendo a ir corriente abajo por el camino más fácil".
Para concluir, deseo que todas las personas aparquemos nuestra diferencias, que rememos todos juntos y nos demos más sin esperar nada a cambio. La vida es muy corta y pienso que vivir sufriendo nunca nos va a hacer más felices. Siempre digo que el que vive para los demás tendrá una vida mucho más gratificante porque disfruta de los logros de muchas personas no sólo de los suyos.
Os quiero familia. Felices fiestas a todos.

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