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miércoles, 17 de abril de 2013

THE PEOPLES

    Las personas, todas las personas son diferentes, como he dicho en algún que otro artículo. Hay muchos tipos de formas de pensar, pero al final podemos englobar a la gente en tres grupos distintos: las buenas personas; las malas personas (por desgracia para ellas tontas) y las malas personas (por desgracia para nosotros inteligentes).

    Podemos analizar nuestro entorno y empezar a clasificar a las que nos rodean en uno de estos tres grupos y, os digo que seréis muy afortunados si os sale un balance positivo. El problema que tenemos es que las personas malas pero listas saben hacer muy bien su papel, pueden engañarte y hacerte pensar que lo que tienes en frente es un individuo bueno y generoso y sin embargo lo que tienes de verdad es a alguien que lo que está haciendo es utilizarte para su propio beneficio, todo para sacar provecho de lo que tú le puedes aportar y cuando lo ha obtenido desaparecer, se aleja sin más o busca una escusa artificiosa para hacerte creer que eres tú el culpable de su distanciamiento, a no ser que seas lo sumamente tonto (de nacimiento o por desconocimiento) y no lo detectes a tiempo, creerme, somos muchos los no los detectamos. En el mundo animal según la RAE se les denomina parásitos a este tipo de personas, aquellas que pueden expulsar por su boca todo tipo de falacias y cumplidos para hacerte creer que lo que hay es una amistad, por lo general les suele salir bien con los menos listos o individuos que creen necesitarles cerca para triunfar en la vida, pero simplemente son utilizados. Muchos, suelen dar a sus víctimas ciertos recursos y beneficios para hacerles creer que a ellos también les importan, pero siempre ganan más que pierden, obtienen más de su alrededor del que ellos ofrecen. Han nacido para ello, para triunfar en un mundo de lobos. Dicen que el hombre es el lobo del hombre, yo diría que estos individuos son los leones del hombre.

    La suerte que tenemos con las engendros malos, pero tontos, que recuerdo que son aquellos a los que se les ve venir -son fáciles de detectar-, la maldad fluye por sus venas de fuel. Mas son demasiado estúpidos para camuflar sus intenciones. Al final puedes apartarte a tiempo y ya no digo ileso pero si menos perjudicado. Por último tenemos a las buenas personas. Sólo veo aquí a un único grupo, porque la bondad no necesita de inteligencia para hacer el bien a los demás o por lo menos no hacer el mal. A todas las personas buenas les sale de dentro el ayudar a su entorno tanto a su medio ambiente como a sus vecinos humanos y sean o no inteligentes el favor que hacen a este pobre mundo es desproporcionado.

    El problema son los porcentajes, aquí está el sumo de la cuestión. Sí miramos a nuestro alrededor y más allá de este podemos ver la desigualdad que hay en el mundo, por ello digo yo. El problema no es que haya miles de millones de personas conviviendo a la vez, sino, ¿a cuántas de las que hay las podemos introducir en el grupo de los buenos? Después de esta reflexión que creo que está hecha con suma honestidad. Me gustaría terminar con este apunte; el mundo no estará a salvo hasta que los malos no se decidan por el SUICIDIO colectivo y en masa y dejen tranquilos a los que sólo desean vivir hoy y con suerte sus hijos mañana, es la gran y auténtica utopía que no pasará nunca pero con la que todos soñamos.

    “Los buenos seguiremos pastando tranquilamente a expensas de que nos llegue un lobo tonto y podamos huir o un león astuto y nos haga daño”.

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